La primera, obviamente, es la del Duomo, todo un símbolo de la ciudad. Pero hay otra por la que también vale la pena pasarse. Puede que no tenga la categoría de catedral, pero sí el de templo, y es una parada obligatoria para cualquier coleccionista que se respete. Porque, lamentablemente, estos sitios están en peligro de extinción.
Se trata de Tiny Cars situada en Via Cenisio 19 a la que puedes llegar desde el Duomo en un bonito trayecto en tranvía de apenas 20 minutos a bordo de las líneas 13 o 14 y que te dejaran a 80 mts de un auténtico paraíso para los amantes de los coches en miniatura.
Y no esperes encontrar ninguna lógica ni orden entre sus cajas, vitrinas y estanterías. Aquí se trata de buscar y rebuscar en busca de verdaderas joyas ocultas, así que la visita, al igual que la del Duomo, requiere su tiempo y algo de meditación.
Allí te espera su dueño Don Enrico Sardini que en 2013 decidió hacer de su pasión su negocio.
La verdad es que no tenía muy claro si en esta escapada a Milán me daría tiempo a visitarla, así que no pude dedicarle mucho tiempo. Solo deciros que el bueno de Enrico, al presentarme, me sacó un par de cajas llenas de Porsche que le acababan de llegar, y enseguida subió a sus redes que el autor de este blog estaba visitando su tienda.
Media docena de coches se vinieron para Barcelona con solo un rápido vistazo, aunque alguno volverá en mi próxima visita para poder cambiarlo. Y es que ese momento "Stendhal" que viví al entrar en ese Templo me hizo perder un poco el sentido… para acabar llevándome alguno que ya tenía. 😇
Como aparentemente estaba en territorio "enemigo", lo mejor para romper el hielo fue empezar con algo patrio: este bonito set de Burago, que por cierto está sacando una calidad brutal para el precio que tiene en sus nuevas series de F1. ¡Ríete tú de Minichamps!
Aunque rápidamente comprobé que estaba en terreno amigo.
Y como muestra estas pegatinas que me regaló Enrico, pero ahora si que vayamos a contar la vida y milagros de uno de esos Porsche "Tiny Cars" que me traje para Barcelona.
Se trata de un 911 Carrera RSR 3.0 que, nada más verlo escondido en el fondo de una caja, me llamó la atención. El coche me sonaba de algo, pero no sabía muy bien de qué. Ya os digo que colapsé un poco ante tanta obra de arte, mirara a donde mirara.
Por problemas de espacio, ya tengo bastante limitada la entrada de modelos que no tengan un palmarés o pedigrí digno de mención, y aparentemente este no era el caso. De hecho, el coche ni siquiera acabó la carrera en la que compitió con esa librea, y además, de Carreras RSR voy bastante servido en mi colección.
Pero esos colores me entraron por los ojos, y ese “me suena de algo” hizo que se viniera para casa sin dudarlo. Y fue todo un acierto, como podréis ver.
Pero como siempre pongámonos antes un poco en antecedentes, en 1973 Porsche decide competir de verdad con su 911 tras el rotundo éxito del RS 2.7
El RS no dejaba de ser un coche de "calle" adaptado para competir, y sobre esa base decidieron fabricar uno expresamente para que sus corsarios pudieran correr en el Grupo 4 de la FIA con las máximas garantías.
Para ello, cogieron 55 chasis de los RS directamente de la cadena de producción y se los llevaron a su pequeño taller, donde Porsche montaba sus coches de "carreras": el conocido como Werk 1.
Se llama así, con toda la lógica del mundo, porque fue el primer taller de Porsche con cadena de montaje en la planta de Zuffenhausen.
Con las siguientes ampliaciones de la fábrica, se quedó pequeño y se transformó en el cuartel general y base de operaciones del departamento de competición. Allí fue donde Ferdinand Piëch montó los famosos 917.
Que fueron presentados en el patio trasero para su homologación por parte de la FIA.
Una vista actual del Werk 1.
Y allí Porsche comenzó a fabricar su primer 911 de "carreras" de verdad el Renn Sport Rennen, en apariencia parecía un RS al que se le había mejorado el motor aumentándolo a 2.8 aligerado de peso y colocado una jaula de protección y poca cosa más lo que en parte era razón.
No vamos a entrar en detalles porque ya hemos hablado mucho de estos primeros RSR y sobre todo de sus primeros prototipos.
Así que vamos directamente a su "upgrade" de 1974 que si conllevo cambios bastante más importantes, la primera de ellas en su corazón con la incorporación de un nuevo motor el Type 911/75.
Atrás quedaba el 2.7 de magnesio estirado a 2.8 para dar paso a un 3 litros fabricado en aluminio que entregaba 330 CV. Era un motor un poco más grande, lo que obligó, de paso, a ensanchar un poco todo.
En el Werk 1 se conservaban cajas llenas de repuestos de los 917, y decidieron ver qué se podía aprovechar, como fue el caso de sus frenos.
Los pasos de rueda más anchos permitieron montar los frenos del 917, y en las suspensiones adaptaron muelles helicoidales en vez de las típicas barras de torsión.
Pero, visualmente, lo que más diferenciaba al coche era su nuevo alerón trasero.
Para poder homologarlo, la cosa resultó más fácil, ya que esta vez solo tuvieron que fabricar 50 unidades de "calle". Recordemos que, en el caso del 2.7, tenían que ser 500, aunque Porsche acabó fabricando finalmente 1,580, de las cuales únicamente 55 fueron RSR.
Para el 911 Carrera RS 3.0 de 1974 se fabricaron 56 unidades.
La base sobre la que fabricarían la version RSR aunque en este caso fue al revés y se montaron 52 unidades entre 1974 y 1975.
Como podéis ver la version RSR es mas ancha, mas vitaminada pensada de inicio para los circuitos de la que se hizo una más dócil de calle y no al revés como Porsche había hecho hasta la fecha, de un coche de carreras hacemos uno de calle.
Nuestra unidad de hoy fue ensamblada en el primer trimestre de 1974 en Zuffenhausen, y fue uno de los dos coches que llegaron al concesionario de los hermanos Moritz en Reutlingen. Fundado en 1932, tuvo el honor y privilegio de ser el primer concesionario de la historia en vender Porsche en Alemania.
Cuenta la leyenda que en 1949, durante un viaje que Ferry estaba haciendo para testear uno de los primeros 356, concretamente este de la foto…
Paró en el concesionario de los Moritz, que también vendían Volkswagen, para revisar el coche, y allí mismo cerró el primer acuerdo de la historia de Porsche para que los hermanos distribuyeran sus coches. Ya en 1950 vendieron siete unidades. Porsche fabricó entre 1950 y 1952 apenas 50 unidades del 356 en sus dos primeros años de producción.
En 1970 crearon su propia escudería la Max Moritz Racing para competir y dar asistencia a sus clientes, uno de estos fue Reinhardt Stenzel.
Un piloto semi amateur que compra uno de los dos RSR 3.0 de los que dispuso Moritz, se calcula que el coste aproximado del RSR rondaba los 60.000 marcos casi el doble de lo que costaba un RS 2.7 para que os hagáis una idea.
El Max Moritz Racing se había hecho famoso por haber preparado los dos 914/6 más rápidos de Europa.
Lo que les valió el apoyo directo de la fábrica y poder montar un buen equipo de carreras en 1974 con cuatro coches.
Nuestra unidad corresponde al chasis 911 460 9060 y sobre el verde del equipo Moritz Stenzel consiguió el patrocinio de la cadena de distribución alemana Quelle, esta especie de Alcampo europeo tenía una línea de tiendas de productos fotográficos denominada "Photo Quelle" con sede en Nuremberg donde tenía la considerada mayor tienda de fotografía del Mundo.
Y con esos colores Reinhardt Stenzel y su flamante RSR 3.0 debutaron en abril de 1974 en Hockenheim en una carrera del campeonato alemán donde obtuvo la victoria.
Participaría en un total de 15 pruebas en Alemania en 1974 logrando cinco victorias.
La miniatura reproduce con el nº 56 a la que participó en los 1000 km de Nurburgring prueba válida para el Mundial de Resistencia.
En los que Reinhart tuvo como pareja a Ove Andersson.
Carrera que no finalizarían por una avería.
Y aquí tenemos a la miniatura que estaba escondida en una caja en Milán.
Se trata de una excelente pieza de Universal Hobbies
Que en algunos mercado como el americano se comercializaba como Eagles Race en un blister mejor acabado.
No se aprecia por mis pésimas dotes fotográficas pero tiene unos interiores perfectamente detallados que difícilmente se encuentran en piezas en 1/18 por tener tiene hasta los cinco relojes del salpicadero.
En los 1000 km de Nürburgring esta belleza tuvo el honor de compartir pista con bastantes más RSR.
Pero sobre todo con dos muy especiales.
Los dos primeros 911 Turbo de la historia! No he localizado ninguna foto en la que coincidieran por ningun lado asi que tendremos que hacerlo a escala 😇.
Pero de estos ya hemos contado su historia.
El coche fue portada de la revista Cristophorus en agosto de 1974.
Donde demostraban que era más rápido que otro RSR curiosamente también de otros hermanos unos tal Kremer. Y de ahí viene lo que me sonará haber visto el coche por algún lado.
La buena temporada del Max Moritz Racing hizo que pudiera cerrar un acuerdo de patrocinio con un fabricante de bebidas alcohólicas a base de hierbas alemán.
Algo que lo convertiría de la noche a la mañana en uno de los mayores iconos de la marca al cambiar el verde por el naranja en sus coches y por lo que el Max Moritz pasaría a la historia del automovilismo.
Pero en este jardín de Porsche y Jagermeister si que no nos vamos a meter que no saldríamos.
Algún día cuando por ejemplo entre en mis estanterías algún complemento como este ya nos meteremos.
Así que volvamos con Reinhard, en 1975 solo lograría una victoria.
Y en 1976 se lo cambia a los hermanos Moritz por uno de los nuevos 934 con los colores naranja.
Y que fue de nuestro protagonista?
Pues en 1977 es comprado por Rolf Goring y comienzan los sacrilegios ya que este lo transforma en un 935 para correr el campeonato de montaña alemán. Hacia falta?
En 1978 lo compra Willi Bartels que al menos lo devuelve mas a menos a su estado original para seguir corriendo en el campeonato de montaña.
Con una curiosa decoración con los colores de la cervecera Warsteiner.
Os suenan???
Ya sabéis nada es nuevo en Porsche!😇
En 1980 es vendido junto a su hermano el chasis 911 460 9073 del Team Moritz y enviados a Hong Kong documento interesante la cartilla para la exportación del coche, se nota que no estaba de por medio Vasek Polak 😂.
Allí se le pierde la pista hasta que un coleccionista localiza en Hong Kong a los dos coches y se los lleva a California, el se quedaría con el chasis 9063 y "otros" hermanos coleccionistas americanos Larry y Jan Grove se quedan a nuestro 9060, su estado es bastante malo su color es blanco y se ha modificado bastante, los Grove al revisar el coche le piden a Porsche la verificación del mismo y esta les confirma a través de esta carta que efectivamente se trata de un RSR 3.0 original de 1974.
Y deciden restaurarlo en la medida de lo posible a su estado original en un arduo trabajo que dura tres años, lastima que no he podido localizar las fotos del proceso y cómo llegó el RSR salvo este cartel que se mostró en la Rennsport en la que los Grove lo volvieron a sacar a la luz.
Los Grove mantuvieron el coche durante más de 15 años paseándolo por numerosos eventos.
Hasta que en 2012 se lo venden a Tom Van Overbeek otro coleccionista con una de esas colecciones privadas de Porsche para montar un museo.
Y por cierto padre del piloto Tom van Overbeek.
Overbeek Sr. decide hacer una restauración integral del coche pero con una curiosidad y es que decide cambiar el motor original todo un tesoro y guardarlo para ocasiones muy especiales y montar un 3.4 preparado a medida.
Tras ser restaurado el coche fue subastado en 2016 alcanzado un precio de 1.6 millones de dólares y es así como se conserva hoy en día.
Eso si el motor original también estaba incluido en el precio.
Y esta es la historia de ese Porsche escondido en una tienda de coleccionistas en Milán que me sonaba de algo.
Saludos!!!!!!!!
PD: por cierto su hermano el Moritz 911 460 9073 también ha sido restaurado y devuelto a casa, pero eso ya lo veremos si se tercia.
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